miércoles, 4 de abril de 2012

La corresponsabilidad en el ámbito familiar


El pasado día 3 de abril, comenzamos el segundo bloque de la asignatura de FCIP con la parte de igualdad de oportunidades, y fueron mis compañeras, Andrea y Cristina, las que rompieron el hielo y nos expusieron el primer tema que llevaba como título “La corresponsabilidad en el ámbito familiar”.

Comenzaron con una breve explicación sobre la división sexual del trabajo y los roles vinculados al género masculino y femenino que se han transmitido durante la historia hasta nuestros días, enmarcados dentro de la ideología del Patriarcado. Desde siempre los hombres han sido los que mayores posibilidades tenían para acceder al ámbito público y al trabajo asalariado, mientras que las mujeres se quedaban en las casa, realizando las tareas domésticas y cuidando de los hijos y marido, trabajo que está totalmente infravalorado por el mero hecho de no recibir una remuneración económica por desempeñarle.

Gracias a las luchas feministas, la mujer pudo introducirse en el mundo laboral y, en consecuencia, dejo de tener todo el tiempo del que disponía para el hogar. A partir de aquí, cabe hablar de lo que es corresponsabilidad en el hogar, entendido como responsabilizar a todos los miembros de la familia mediante un reparto equitativo de las tareas del hogar, a diferencia de ayudar, pues se entiende como que se echa una mano pero que no es una obligación. ¡Que suerte tienes que te ayuda tu marido en casa!…es una de las afirmaciones que aún, hoy en día, se siguen escuchando.



Para este reparto de las tareas de manera equitativa y justa, se debe negociar, mediante el diálogo, quien va a desempeñar cada una de ellas, teniendo en cuenta si se realiza otro trabajo (pongo otro trabajo porque el mantenimiento del hogar ya es uno), de la disponibilidad, de los gustos…hasta llegar a un consenso.


Y por último, otro tema muy importante es la conciliación de la vida familiar, laboral y personal, pues no se debe dejar a ninguna de lado; por ello, se deben prestar facilidades para conciliar esos ámbitos, desde la familia con la corresponsabilidad y el reparto equitativo de las tareas, desde la empresa con medidas flexibles y prestaciones, y desde los gobiernos con las distintas leyes.

Para que se rompa con estas ideas culturalmente transmitidas, de la división sexual de trabajo y los demás conceptos relacionados, se debe de educar desde la escuela y las familias, de manera coordinada. Se debe fomentar desde la infancia puesto que va a influir en el desarrollo del niño, con la transmisión y asimilación de valores, normas, trabajando la responsabilidad, la independencia, el autoestima, la adaptación social, la valoración del trabajo y la cooperación. Aquí es donde los educadores sociales tenemos un gran trabajo, una labor muy importante, para romper con estos estereotipos y fomentar la igualdad y la equidad social.

1 comentario:

  1. Jo... Yaiza, eres como una esponja. Has recogido todo lo significativo de la exposición y posterior debate. Buen trabajo. Te odio a muerte.

    Luis Ángel.

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