El
día 13 de marzo mi compañera Cristina expuso este documento donde se
manifiestan las nuevas necesidades de la sociedad surgidas por el avance de
esta y la globalización, creándose así y trabajando con las cualificaciones
profesionales, el FP y los certificados
de profesionalidad.
Mediante
este decreto, se establece el procedimiento y los requisitos para la evaluación
y acreditación de las competencias que pueden adquirir las personas por vías formales,
no formales e informales así como experiencia laboral, así como los procesos previos
de orientación y asesoramiento personal.
Es
muy importante informar y orientar a las personas durante todo este proceso
para que consigan tener unas cualificaciones e integrarse en el mundo laboral. El
problema es que esto tiene que llegar a las personas, ya que la mayoría no
saben por donde empezar a acreditar sus competencias y cualificaciones. Hay mucha
gente que también se encuentra fuera de este proceso y el problema lo encontramos en dónde y cómo se va a empezar a trabajar con estas personas, como es el caso de
la población joven.
También
hay que tener en cuenta a la gente que lleva toda su vida desempeñando un trabajo
pero no posee el título reglamentario que acredite dicha cualificación, por lo
que tienen el derecho de conseguir esa acreditación ya que, si no la consiguen,
no podrán seguir desempeñando ese trabajo y no sería justo.
En
definitiva, hay un cambio de enfoque a la hora de adquirir determinadas
competencias respeto a una cualificación, por lo que también debe de haber un
cambio de enfoque a la hora de acreditarlas, sin centrarlo todo en el mero
título de la educación formal.
En todo esto encontramos partes positivas y negativas, pero para eso hay que mantener un trabajo coordinado entre todas las instituciones donde, en verdad, se tenga en cuenta la opinión de todas las personas que se ven afectadas.
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